ORIGEN DEL JACK RUSSELL

Los orígenes del jack russell terrier se remontan al Reino Unido del siglo XVIII. Entre 1795 y 1883, el reverendo John "Jack" Russell, un apasionado de la caza de los zorros, compró una hembra de fox terrier, a la que llamó Trump, siendo él estudiante en Oxford. Para el reverendo, Trump era una perra de trabajo ideal, por lo que empezó a criar una línea de terriers con grandes capacidades para la caza del zorro, los cuales pasarían a llamarse "Russells de Jack" ("Jack's Russell", en inglés). De este modo, cruzó diversos tipos de terriers con otros perros de caza con el objetivo de obtener perros con aptitudes mejoradas para la caza del zorro. A John Russell, al cual se le consideraría más adelante como "el padre de la raza jack russell terrier", no le importaba tanto lograr un aspecto físico homogéneo en esa nueva raza, sino conseguir una línea perfecta de perros para el trabajo en la madriguera. Sin embargo, aunque la historia del jack russell terrier se remonta al Reino Unido, fue Australia el país que contribuyó a su reconocimiento internacional. En los años 60, se empezaron a enviar diversos ejemplares de jack russell terrier del Reino Unido a Australia. Unos años después, en 1972, se formó el Jack Russell Terrier Club of Australia, donde registraron a los ejemplares y se redactó un estándar formal para la raza. Finalmente, el 25 de octubre de 2000, hace apenas 20 años, la Federación Cinológica Internacional (F.C.I.) reconoció definitiva y oficialmente a la raza de perros jack russell terrier usando el estándar creado en Australia.

CARACTERISTICAS DEL JACK RUSSELL

Según el estándar oficial de la raza, el jack russell terrier debe ser más largo que alto, siendo la altura ideal hasta la cruz de 25-30 cm y el peso entre los 5 y los 6 kg. Así pues, las principales características que nos permitirán diferenciar al jack russell del parson russell, serán sus patas cortas y tronco ligeramente alargado. Para saber si nuestro jack russell se encuentra en su peso ideal, solo debemos tener en cuenta la siguiente equivalencia: 1 kg por cada 5 cm de altura. De esta forma, si nuestro perro mide 25 cm hasta la cruz, deberá pesar alrededor de 5 kg. Aunque el jack russell terrier sea una de las razas de perros pequeños más populares, no debe engañarnos su baja estatura, puesto que sus patas, pecho y lomo acostumbran a ser fuertes y musculosos. En cuanto al resto de rasgos físicos, el jack russell terrier presenta un hocico ligeramente ancho, con la trufa y los labios negros. De esta forma, su mandíbula es profunda, ancha y fuerte. Sus ojos acostumbran a ser oscuros, pequeños, almendrados y con el borde de color negro, como la nariz y los labios. Sus orejas largas siempre se muestran caídas o semicaídas, tapando el conducto auditivo. Tipos de jack russell terrier

TIPOS DE JACK RUSSELL

Existen dos tipos de perros jack russell terrier dependiendo de su pelo:

Jack russell terrier de pelo corto y duro:

se trata del tipo de pelaje más popular en esta raza de perro.

Jack russell terrier de pelo liso o quebradizo:

también pueden encontrarse ejemplares de jack russell terrier con el pelo liso o quebradizo, pues ambos tipos de pelo están aceptados para el jack russell terrier.

COLORES DEL JACK RUSSELL

El color de base y, por tanto, el predominante debe ser siempre el blanco. Sobre él, suelen aparecer manchas que pueden ser de color negro o fuego, sin importar las tonalidades de este último color. En general, las marcas aparecen en el rostro del perro en forma de máscara facial, pero también puede presentarlas en otras partes del cuerpo e, incluso, ser de varios tonos.

CARACTER DEL JACK RUSSELL

Como muchos perros de caza, el jack russell es de carácter temperamental, trabajador, audaz, intrépido, curioso, muy activo y siempre está alerta. Así mismo, es inteligente, muy fiel y valiente a pesar de su reducido tamaño. Si lo socializamos correctamente, puede llegar a ser muy amigable, divertido y sociable. Al tener tanta energía y ser tan activo, le encanta jugar, por lo que si tenemos hijos o hermanos pequeños puede convertirse en su compañero ideal. De hecho, debido al temperamento del jack russell terrier, es altamente beneficioso su convivencia con niños, siempre que estos sepan tratarlo y respetarlo adecuadamente, porque es un perro que raras veces se cansa y necesita jugar para quemar energía. Del mismo modo, si no hay niños en casa ni somos personas activas no se recomienda adoptar a un jack russell, ya que, como comentamos, requiere de dueños que puedan ayudarle a realizar la cantidad de ejercicio que necesita. El jack russell terrier es un excelente perro de trabajo, al que le podremos enseñar técnicas relacionadas con la tierra por su habilidad rastreadora como la búsqueda de trufas, y mejor animal de compañía. No se recomienda su adiestramiento para la guardia, puesto que aunque se trate de un can muy valiente, no cuenta con la capacidad suficiente para ejercer de perro guardián. En general, si somos constantes en su educación, coherentes y hacemos uso del refuerzo positivo desde cachorro, el jack russell raras veces adopta un mal comportamiento. De esta forma, si realizamos los paseos mínimos establecidos jamás hará sus necesidades fuera del hogar, exceptuando las primeras veces en las que todavía se encuentra en periodo de aprendizaje. Tampoco es un can destructor, con afán por morder los muebles u otros objetos si le proporcionamos juguetes mordedores para cuando necesite jugar o aliviar el dolor producido por el crecimiento de los dientes. Eso sí, al ser tan excitable, activo, enérgico y temperamental, si disponemos de jardín y no le ofrecemos el ejercicio suficiente es posible que nos encontremos con algunos hoyos cavados por él. Así mismo, este mismo carácter del jack russell puede llevarle a ser un perro que necesite más tiempo que otros para aprender una orden. Aunque puede ser poco obediente en este aspecto, si trabajamos con él a diario y lo premiamos cada vez que haga algo bien acabará por aprender e interiorizar las órdenes que queremos transmitirle. Por otro lado, el jack russell terrier es un perro con tendencia a ladrar mucho. Al estar siempre alerta y ser tan curioso, no es de extrañar que ladre cuando oiga algún ruido extraño o un desconocido llame a la puerta. De esta forma, tendremos que educarle para sepa cuándo ladrar y cuándo no, así como enseñarle a canalizar este tipo de emociones para evitar que le generen estrés o ansiedad.

EDUCACION DEL JACK RUSSELL

Tras conocer el carácter y comportamiento del jack russell terrier, vemos como una correcta educación es fundamental para conseguir que sea un perro equilibrado y sano. No educarlo adecuadamente puede llevar a que el jack russell se vuelva inestable y muy difícil de controlar. Por ello, no es recomendable para dueños principiantes, ya que requiere de dueños experimentados en la educación canina y adiestramiento, que sepan mantenerse firmes y guiar el carácter temperamental de esta raza de perro. Empezaremos la educación del jack russell desde cachorro, que es cuando más rápido aprende. Así pues, tras escoger el mejor nombre para él, lo primero que tendremos que enseñarle será a acudir a nuestra llamada. Y cuando el perro pueda salir a la calle, iniciaremos la socialización y comenzaremos a adiestrarle para pasear tranquilo, sin escapadas, ni estrés por descubrirlo todo a la vez. Al ser un perro tan curioso y activo, es importante que dediquemos tiempo a sus paseos, le dejemos olfatear y jugar. Una vez que el can haya aprendido a venir cuando le llamemos, ya podremos empezar a trabajar el resto de órdenes básicas, como sentarse, tumbarse o quedarse quieto. Una forma muy efectiva de educar al jack russell terrier es a través de premios o golosinas. Aunque el refuerzo positivo abarca múltiples técnicas para obtener buenos resultados, sin duda esta es una de las más eficientes con esta raza de perro. Su hocico curioso rápidamente identificará la golosina escondida en nuestra mano, por lo que usarla para enseñarle órdenes nos proporcionará excelentes y rápidos resultados. Eso sí, no realizaremos sesiones de entrenamiento que superen los 15 minutos. Siempre es recomendable hacer varias sesiones al día con espacios de tiempo entre ellas, puesto que no queremos atosigar al perro ni agobiarlo.